1955 RECUERDOS DEL OLVIDO en el Teatro EL OJO: " Todo está guardado en la memoria " - Sábado, 13 de septiembre de 2025.-
El teatro nos sigue brindando propuestas renovadoras y de gran calidad. La obra ¨ 1955 RECUERDOS DEL OLVIDO ¨ nos sitúa en los acontecimientos que sucedieron antes y después del 16 de junio de 1955, con la caída del gobierno de JUAN DOMINGO PERÓN, mientras las personas intentaban continuar con sus vidas a pesar de la inminente tragedia.
Con: Agustina Saenz, Ariel Leyra, Lucas Alvarez, Nicole Trasandes y Sabrina Cristovao. Autor: Jorge Alberto Giglio. Asistente de Dirección: Juan Cirigliano. Producción: Luciana Lamota. Fotografía: Christian Holzman. Diseño gráfico: María Forni. Modista de produción: Caterina Aranda. Audiovisulaes: Estudio Archi. Prensa: Duche Zarate. Redes: Sandro Vilcherrez. Dirección: Lizardo Laphitz. ( 2025 )
Se escuchan a lo lejos sonidos de bombas y el andar de aviones. la atmósfera en el lugar es lúgubre con luces rojas y blancas, un humo blanco que envuelve el lugar, mientras un grito desesperado nos perturba: ¨ mamá, mamá ". Es una niña perdida que busca su trofeo y a su madre, en la desolación de una terrible tragedia.
Unos días antes Rosita ( Nicole Trasandes ) se está preparando físicamente para la competición en la carrera de 100 metros llanos, mientras su madre Delia ( Sabrina Cristovao ) está terminando unas costuras en su máquina de coser. Ambas viven solas ya que el padre de la nena Julio ( Ariel Leyra ) es uno de los pocos pilotos de la marina y siempre está al servicio de los mandos militares.
Julio es un hombre de fuertes convicciones políticas que mantiene a la vez una doble vida marital. Casado con Gloria ( Agustina Saenz ) él sabe que su matrimonio está terminado, pero no sabe como decirle.
Finalmente Rosita gana la competencia y su padre la felicita con mucho orgullo. Ella le muestra su medalla ganada y le avisa que la entrega de premios será el 16 de Junio de 1955, en las cercanías de Plaza de Mayo.
Su hija llena de vida y sueños, quisiera ser piloto como su padre. En esa época no era posible y él le propone que por lo menos podría estudiar mecánica - tampoco las mujeres podían ingresar a una escuela industrial - o al menos cuando sea más grande volar en un vuelo comercial.
Julio enterado de la entrega del trofeo y el día, le pide a Delia que no la acompañe, ni la lleve a su hija. Sin embargo la madre de su hija no acepta la sugerencia y el jueves irán a la premiación.
Esta determinación de la madre de su hija, lo obliga a idear un plan que busca el salvarle la vida, pero sin dar a conocer quién lo hizo.
Su esposa Gloria, cansada de esta doble vida de su marido habla con su hermano Eduardo ( Lucas Alvarez ) para que convenza a su cuñado de que la deje. Pero los planes de Julio son muy distintos y le solicita a Eduardo que con unos miembros de la fuerza, secuestre a Delia y a Rosita por un día, para que no acudan a Plaza de Mayo.
Al enterarse de esta noticia, Gloria rompe en llanto y le ruega a Eduardo que la ayude. Ella presiona a su hermano para que no cumpla con el plan de su marido, sabiendo que los lazos de sangre deben ser más fuertes que una relación clandestina por fuera de su matrimonio.
La dirección de LIZARDO LAPHITZ logra que cada participación de los personajes mantenga un nivel de actuación de gran calidad, hecho que resalta también en dos cambios de ropa de cada uno en plena función en una sala pequeña, por lo cual todo está controlado en tiempo real y funciona maravillosamente. En la medida que transcurren los distintos segmentos en el que interactúan los actores - siempre separados por una breve composición de origen tanguero -, hay momentos de alto dramatismo en el que sobresalen una Gloria al borde de la derrota, tras no haber podido ser la madre del hijo que no pudieron tener con Julio. O las miradas de tristeza de Rosita, al no poder disfrutar a su padre todos los días en su casa. O una reunión en el comando del ejercito entre Eduardo y Julio que dejará marcas profundas de victoria y derrota no solo en ellos, sino también en el público. La historia escrita por JORGE ALBERTO GIGLIO, mantiene siempre la tensión dramática de los personajes, en una tragedia que parece ser profunda e inevitable.
El día tan esperado llegó. Madre e hija parten muy temprano ese día jueves a Plaza de Mayo, con todas sus ilusiones a cuestas. La labor de Julio junto a Eduardo, más el resto de los pilotos es destructiva! No logran asesinar al general Perón, pero su paso por la plaza deja un sinnúmero de víctimas, incluyendo a los pasajeros de un trolebus completo.
Una puesta en escena austera, en el que cada espacio simboliza en tiempo y lugar, lo que se desarrolla en la historia. La máquina de coser con el viejo teléfono a disco simboliza la cocina de Delia, el espejo de la habitación de Gloria es el lugar íntimo de la casa que comparte con Julio. Una mesa con dos sillas simboliza el despacho militar al que acuden Eduardo y su cuñado en tiempos de triunfo antiperonista. Cada iluminación distinta, en estos lugares que mencionamos nos hace reconocer cada ambiente y nos facilita el volver a cada uno de ellos, durante la obra.
Eduardo y Julio vestidos con sus uniformes de aviadores, se reencuentran en Uruguay, pero algo se quebrará entre ambos, cada uno seguirá por un camino diferente.
¿ Que pasó con Delia y Rosita ? No vamos a adelantarle nada a nuestros lectores, aunque el remordimiento y la culpa se apoderen de Julio, quién se unió al corto gobierno de Eduardo Ernesto Leonardi - más conciliador con el pasado -, mientras que Eduardo tomó partida por los camaradas que seguían a Pedro Eugenio Aramburu, quién en un breve lapso asumirá como presidente de la nación y será la mano derecha del establishment más anti peronista.
En un par de intervalos, se intercalan a través de imágenes en blanco y negro, filmaciones cortas de los hechos acontecidos y dos breves discursos tanto de Lonardi, como de Aramburu.
En esta historia hay vencedores y vencidos. Julio es el principal derrotado, sin saber de su hija y su amante, con una relación totalmente rota con su esposa y su cuñado en el bando de los ganadores, sus últimos momentos - conmovedores, su cuerpo siente el peso de sus decisiones -, simbolizan ante la falta de justicia, también la ruptura de una Argentina que se quebró en dos para siempre.
Nuestra calificación: Buena ( 8 )
® Tu Corazón de Marquesina ( 2025 )
Entradas por: Alternativa Teatral.
Alerta: SPOILERS & DESENLACE FINAL!
Eduardo le hizo caso a Gloria ( no envió a los hombres de la marina, a secuestrarlos ) y dejó que Rosita viaje con su madre a Plaza de Mayo, encontrando ambas la muerte. El festejo de Gloria es de una sensación a revancha contenida y además celebra que Lonardi pronto caerá ante Aramburu, por lo que su hermano podrá subir escalones dentro de la marina.
Julio desde el encuentro en Uruguay con Eduardo ya no fue el mismo. Se enteró de la muerte de todos los ocupantes del trolebus y se pregunta, se cuestiona, sobre quién fue el que tiró la bomba.
La nueva realidad de Julio transita en una depresión aplastante, mientras su hija Rosita aparece como un sueño recurrente, casi humano pero verdadero reclamando su copa.
Tras un tiempo Julio logra una audiencia con Eduardo y le solicita que busque la copa de su hija. Algo tan disparatado a lo que no podrá su cuñado acceder. Eduardo al principio se muestra bastante poco empático con el sufrimiento de su cuñado. Le dice que a Rosita le tocó la muerte, como le podía haber pasado a otros. Julio intuye que su cuñado no hizo el trabajo que le pidió. Y envuelto en nervios, desesperación y angustia, le apunta con un arma a su cuñado amenazándolo con matarlo sino cumplía su deseo. La realidad es que cualquiera pudo haber arrojado la bomba e incluso él mismo Julio. ( Desde arriba todo se ve igual, los obreros, los campesinos y los oficinistas, cuenta Rosita - que sueña con volar - pero no para hacer la guerra ) Sin nada que responder y ante la verdad tan incómoda como lacerante, el padre de Rosita se retira aturdido del despacho.
Gloria acudirá al nuevo nombramiento de su hermano, mientras que Julio no desea acompañarla, su culpa es más grande y su lugar no está junto a ella. Su llegada al cementerio con una copa - que no era la original -, invocan la aparición de Delia y Rosa. Ambas lo increpan sobre lo que hizo y le preguntan si habían hallado a los culpables. Él no supo que responder, arrodillado frente a una lápida. Lo que si sabía es que su derrota era inapelable, perdió todo en ese día. Era también una víctima más, de un atentado que ha permanecido impune desde hace 70 años! Triste, solitario y final se aleja caminando mientras se apagan las luces.
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