El concierto ¨Rock Argentino en estado Sinfónico¨ en el Teatro Coliseo: ¨La excelencia de las canciones, en una noche celestial¨.

El viernes se celebró en el Teatro Coliseo, el concierto titulado: ¨Rock Argentino en estado Sinfónico¨ un homenaje a los diferentes himnos de la década del 60 y 70. Una idea basada en el disco producido y arreglado por Gustavo Gregorio y que contó en vivo con la participación de grandes artistas como: Litto Nebbia, Miguel Cantilo, Claudia Puyó, Ricardo Soulé, Emilio Del Guercio, Rodolfo García, Hilda Lizarazu entre muchos más.


¨Eramos jóvenes, todos teníamos una visión ilimitada del universo. Un aliento fraternal y todos los amores de primavera a disposición. Nos nutría la música del Rock en el país y del Tango y del Malambo. Entre tanto los ¨palazos¨ del sistema social imperante, intentaba paralizarnos con el miedo, pero nuestra rebeldía, no nos detenía. Nunca renunciaremos a nuestras pasiones y anhelos de libertad. El naufragio nacional no era propicio para generaciones fallidas, ¨carcomidas¨ por el resentimiento. Fuimos fieles y pacíficos. Libertarios y pensadores. Y ¨naufragar¨ era una manera de decirle ¨nó¨ a la pálida y sí, a la vida! Hoy seguimos siendo artesanos de nuestras sombras, consumidores de la ternura pop, corderos inoxidables en eterna evolución. ¨La balsa¨ y su constante devenir, en una energía del futuro para todas las almas libres y eternamente jóvenes¨. -Miguel Grinberg-

Así, con el recitado de este poema en forma de texto o nota sobre el pasado y el futuro, se dió inicio a un concierto en el que la orquesta sinfónica acompañó con la  melodía de¨La balsa¨ en una introducción memorable, aunque sin nuestro referente pionero del periodismo y la ecología - ausente con aviso- el sr: Miguel Grinberg.
El poder de la ¨Orquesta Académica de Buenos Aires¨  se hace sentir desde el primer movimiento del director Claudio Ianni, para dar inicio a la fuerza de: ¨¨Post Crucifixión¨ ese inmortal tema de Spinetta en Pesado Rabioso: ¨Abrázame, madre del dolor. Nunca estuve tan lejos de mi cuerpo. Abrázame, que de la vida. Yo ya estoy re puesto. Abrázame, madre del dolor. Nunca estuve tan sólo. En este mundo. Abrázame, que amanece y hay resignación¨ con la voz potente de: Claudia Puyó ( quien además tuvo el honor de iniciar el recorrido musical de esta noche) mostrando toda su sensualidad. 
Una gran versión que tendrá en los instrumentos eléctricos al mismo Gustavo Gregorio en bajo - gran trabajo en toda la noche-, la batería de Carlos Gustavo Riganti, -de sobria performance- y la guitarra eléctrica - buen sólo- de Frans Banfield en las primeras canciones como ¨backing band´.
La emblemática voz de Carlos Mellino - y esa forma de tocar el piano tan dulce- nos vuelve a la época dorada de Alma y Vida, junto a su compañeros Bernardo Baraj en saxo - maravilloso su solo- y el guitarrista: Juan Barrueco- exquisito su solo también-. Esa historia de despedida/homenaje a Ernesto ¨Che¨ Guevara nos sigue conmoviendo, más el arreglo de la orquesta le ha dado un ¨salto celestial¨, bravo!

Miguel Cantilo y Kubero Díaz tocan:  ¨Una manera de llegar¨ esa perla que grabaron en 1973 - una gran sorpresa para este cronista, que pudo disfrutarla por primera vez en concierto- El final de la letra es revelador: ¨Una manera de llegar a tí. Atravesando la piel y carne fui. Hasta la causa de tu espíritu. Sin hablar y sin pensar. Olas abanicándome, Médanos abrigándome. Cielos alucinandome, sol y gaviota, paz y fe. Cada mirada te penetro lento. Busco tu centro y encuentro a Dios¨.


Uno a uno y sin previa presentación van subiendo y bajando los artistas, ahora es el turno de Alejandro Medina, - que felicidad, verlo tan recuperado de su problema de salud- para cantar con su voz grave, el clásico de Manal: ¨Avenida Rivadavia¨. Un exquisito arreglo ¨de jazz¨ denota una nueva melodía para este clásico y que con la orquesta suena de mil maravillas. A la banda con Gregorio y Riganti, se les suma ¨la ductilidad precisa¨ de Julio Presas en guitarra eléctrica. ¨Cuando subiste a mi tren, mujer que yo no, no ,no, no te ví. Cuando subiste a mi tren. No, no, no te ví¨  remarca Medina agregando más acentuación en ¨ese nó¨ a la sorpresa de esa mujer en su camino, aún caminando una sola calle sin hablar, en buena y original versión!

¨Gracias por venir a acompañarme, a estos compañeros de hace muchísimos años¨. Y fue Emilio Del Guercio quién saludó al público y ante un detalle técnico en la batería que debieron corregir en el momento el cantante y bajista irá manteniendo un dialogo muy jocoso con todos. ( Estás igual, Emilio ) le dice una persona desde la platea. ¨Igual que hace media hora¨ fue la respuesta que provocó las sonrisas de todos. ¨No pisaba el escenario de este teatro, desde hace muchos años. Donde muchas veces nos presentábamos cuando estaba con mi querido grupo: ¨Aquelarre¨ - recordó el cantante-. 
Y tras los aplausos para aquella banda emblemática y al observar que el director de la orquesta había dejado la tarima dijo: ¨Que no se vaya  el director, porque no los sé dirigir ( a los músicos de la orquesta ) . - risas- ¨Bueno nos falta poner las vajillas y estamos. Voy a  hacer una canción de Aquelarre, que hice en el año 72 y que se llama ¨Violencia en el parque¨. Hace un tiempo en estas pocas semanas que hemos tenido la oportunidad de reencontrarnos con este artista, -varias veces- y comprobamos que Emilio está cantando igual o mejor que nunca. Su expresividad corporal y su tono con la voz, son de una delicada sensación de placer al escucharlo y verlo. La orquesta le otorga con su arreglo un ¨sabor aún más clásico¨ y Del Guercio acentúa: ¨Quien te puede, quien te puede parar. Cuando el ave sopla la luz de libertad. Todos juntos están en el parque, cantando canciones del cielo final. Quien te puede, quien te puede parar. Cuando el ave sopla luz de libertad. Todos juntos están en el parque. Cantando canciones del cielo final. Quien te puede, quien te puede parar, cuando el ave sopla luz de libertad, libertad¨ extraordinario momento y ese ¨libertad¨ final que erizó la piel de este cronista.

-Pronto amanecerá-
¨Nunca te miró una vaca de frente? de Miguel Abuelo, es quizás una de las canciones más increíbles del Rock Argentino! En el disco oficial la canta: Gabo Ferro.
Pero en esta noche el encargado será el guitarrista Andrés Rexach quién lo hará con una ¨autoridad¨ tremenda, dueño de una voz potente y una gran expresividad en sus gestos, nos introduce a este momento en el que los violines nos hacen viajar como en aquellos films de ¨ Alfred Hitchcock¨ a una historia en un campo y la angustia ante lo inesperado. ¨No me mires más vaca. no me mires más por favor. No me mires agresiva, tu cara de vaca me hace mal. Y la vaca mira y mira. Y la vaca no se vá. Esta vaca me analiza, ella profundiza y yo me voy. Tu mirada es muy profunda, tu mirada me hace mal. No me mires más no vaca, quédate pastando en tu lugar¨ ese inicio angustiante en la letra y la voz, se convierte en un furibundo ¨proto punk¨ con el cambio en la guitarra por Kubero Diaz y una explosión en la base de Gregorio y Juan Rodriguez- que como un tsunami - en la batería- que deja destrucción a su paso, vuelven enseguida a bajar los decibeles al terminar: ¨Y la vaca mira y mira. Y la vaca no se va. Esta vaca me analiza, ella profundiza y yo me voy¨ un cierre demoledor!

En el disco se puede escuchar también una maravillosa versión sinfónica del clásico de Moris: ¨Muchacho pronto amanecerᨠ-por él mismo- y en esta noche el invitado a cantarla es: Daniel Melingo. Dueño de una voz ¨grave y algo ajada¨ con los años, el ya hace tiempo referente del tango le ofrece toda su sensualidad a un arreglo orquestal delicioso - incluso con falso final- y con la presencia nuevamente de Frans Banfield - en guitarra acústica- en el escenario. ¨Muchacho pronto amanecerá. Y que olor a tango antiguo, que larga la ciudad. Amaneceres con taxis, colectivos de paseo. Y ese viento fino que nos marcará. Muchacho pronto amanecerá. El verano está escondido detrás de algún edificio. Muchacho pronto amanecerá, el día esperará a alguien y crece como un niño en edad de crecer. Volverá el verano pronto y las noches serán tuyas y esa vida en las esquinas que sólo vos conocés. Muchacho pronto amanecerá, pronto amanecerᨠ inolvidable interpretación de Melingo, que nos sigue demostrando que enorme es: Mauricio Moris Birabent!

Desde el disco: ¨En el 2000, también¨ Pajarito Zaguri - el inolvidable rey criollo del rock and roll- nos regaló una canción que muchos probablemente hemos disfrutado por primera vez en esta noche: ¨Un camión de rockanroll¨. Con la voz de Ciro Fogliatta y la guitarra - ¨podrida, sucia¨- al mando de Andrés Rexach le dan una nueva vida a este rock and roll, con la fineza de la orquesta y un ritmo de ¨rockabilly¨ siempre en las manos de Juan Rodriguez!
Uno de los momentos esperadísimos es la ¨reunión virtual¨ de algunos de los ex-miembros de Arco Iris! Desde un video en Los Ángeles suena la voz perfecta y dulce de Gustavo Santaolalla, en Buenos Aires están en flauta traversa: Ara Tokatlián -hermoso su sonido, divina su paz en la melodía- y en guitarra acústica Guillermo Bordarampé - mágica su ejecución-.
Este gran rescate llamado: ¨Te quiero, Te espero¨ nos devuelve un poco la sensación de estar en los 60s, cuando esta banda fusionaba el folclore con el rock y esta versión es muy angelical en los arreglos sobre una letra que confiesa: ¨Qué espeso, que es el tiempo, que turba la distancia. Los minutos son horas, los días son semanas. Tu voz dentro de un sobre, tu cuerpo dentro de mi alma. Mi mente espera el día, mi vida por tu vuelta. Las noches me lastiman. Las lágrimas me queman. Si tan sólo supieras, como se muere en primavera. Te quiero, Te espero. Te quiero, Te espero¨ sencillamente grandioso volver a redescubrir esta canción que uno mismo ha dejado hace tantos años, allí en el cajón de la memoria y los recuerdos!

-Todo concluye al fin-
Ricardo Soulé vuelve a conmover con su inmortal: ¨Presente¨ que quizás pierde algo de la velocidad con la que la conocemos históricamente, pero su voz sigue siendo una delicia y esas estrofas son imbatibles: ¨Cuanta verdad, hay en vivir solamente el momento en que estás. Si el presente, el presente y nada más¨ siempre es un placer, disfrutarla una y otra vez - los aplausos del público con tanto entusiasmo, lo demuestran-.
El turno nuevamente de Miguel Cantilo, ahora para cantar una de:  ¨Pedro y Pablo¨ y como bien pidió: ¨Bueno, a ver si me ayudan a cantar esta canción¨ logrará un gran coro en:¨Donde va la gente cuando llueve ( siempre hay un lugar donde parar ) ¨ aquella historia tan simple y cotidiana del paso del  tiempo, la nostalgia y los encuentros entre las personas. Ese coro al final repitiendo ese: ¨Donde van, Donde van¨ más ese  primer violín que nos ¨mimó los oídos¨-volvió a emocionarnos como ayer, como siempre!

El referente ineludible de todo el Rock Argentino es: Litto Nebbia. Su estela, su vida, su creatividad, su cancionero - por momentos inabarcable y hasta inagotable- siempre nos asombra y como en el disco también su versión es muy lograda de una de sus más hermosas canciones: ¨Madre, escúchame¨. Sentado en el piano, más ahora la compañía de Rodolfo García en batería acompañando el bajo de Gustavo Gregorio. Esta historia del hijo que deja a su madre pero le aclara: ¨En cualquier momento tu sabes, a tus brazos volveré. Ya no importa ni como ni cuando, al lugar que yo vaya rodando. Madre de ti me acordar騠Y cómo no emocionarse -quizás desde la visión hasta de un padre también, cuando en la letra la madre le responde: ¨Ella me miró. Y me dijo así. Hijo eres igual que las olas, me besas y te vas. Ella me miró y me dijo así. Hijo eres igual que las olas, me besas y te vas¨  La orquesta decididamente le añade en la musicalización un aire ¨grandioso¨ monumental, creando música que vuela por el aire del Coliseo y que traspasa las fibras de todos, gracias por tan maravilloso arte! Y no podemos dejar de mencionar ese ¨delicado falso final¨ que sobrevino mientras arrancaba la ovación que nos dejó a todos asombrados.
Miguel Botafogo, también conocido como ¨Don Vilanova¨ sube al escenario y amenaza: ¨Necesito que suene fuerte o se pudre el rancho¨ - risas- para tocar en ¨steel guitar¨ una sentida y asombrosa versión de un tema de Pappo: ¨Nunca lo sabrán¨. Comienza cantando sobre un ¨colchón de instrumentos de viento y cuerdas¨ aquello de: ¨Luz que riegas mis sentidos, nunca imaginé. Que no me podrían alcanzar, las tragedias de las cosas. Que dicen en mi mente. Hoy no están aquí presentes y nunca lo sabrán¨ hasta el final donde la guitarra ¨aúlla¨ un dolor particular con un sonido totalmente distinto al escuchado en toda la noche, mientras García toca en swing junto a Gregorio, en un hipnótico final junto a la orquesta, bravo!

La voz afinada y tan dulce de Hilda Lizarazu, se atreve al himno: ¨Muchacha ojos de papel¨. En el CD, podemos a escuchar a Rubén Goldín pero el rosarino no pudo participar del evento y la cantante lo hará con mucha solvencia y ¨candor¨. El apoyo de Leo Sujatovich en piano le otorga aún más calidez a una maravilla que siempre conmueve y que maravilló a todos.
-Un final emotivo-
Debió ser el final de este listado de 15 canciones y tras los saludos, agradecimientos y el festejo en público para el productor de este histórico concierto: Nestor Puppo, la sorpresa será un emotivo e intenso medley con canciones variadas del Rock Argentino y que no formaron parte del disco.

Uno a uno los músicos se van subiendo nuevamente al escenario para ir regalando versiones algo más abreviadas, pero ahora sí -calientes, dejando de lado la solemnidad, que marcó hasta ese momento el pulso de la noche en el concierto- de temas como: ¨Jeremías, pies de plomo¨ con la voz de Ricardo Soulé - tremendo arranque- Claudia Puyó y toda su voz para aclarar que ella ¨toma el tren que sale a la hora 16¨, mientras la banda ¨zapa¨ junto a la orquesta van cambiando las melodías, Alejandro Medina canta una parte de: ¨Jugo de tomate frío, en las venas deberás tener¨, o la increíble por lo vigente de:  ¨Apremios ilegales¨ que siempre parece volver en esta latinoamérica tan castigada, tan peligrosamente devastada.

 Siguieron con: ¨Azúcar amargo¨ de Vox Dei o un saxo monumental como el de Baraj que se dió el lujo de ¨solear¨ antes que Emilio vuelva con su voz a la inolvidable: ¨Rutas Argentinas, hasta el fin¨ que levantó a todos de los asientos y se sienta nuevamente Nebbia, sí el ¨gran¨ Litto, con Leo Sujatovich compartiendo piano ambos para una ¨caliente¨ versión de: ¨Rock de la mujer perdida¨. El final con el ineludible: ¨oh, oh, oh¨ legendario desde aquel Woodstock dejó a todos aplaudiendo y cantando, mientras un enorme grupo de músicos saludaba a todos, desde el borde del escenario. Una experiencia única, que deseamos se repita y merezca el apoyo más masivo - por parte de mayor cantidad de público- que merecen estas canciones que nos marcan siempre el camino a seguir en la vida!

Nuestra calificación: Muy Bueno ( 9 )
IIIIIIP 2019 GUSTAVO POSE.
PH: LAURA TENEMBAUM ( Fotos de Claudia Puyó, Carlos Mellino & toma final )

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